Había
tres manzanas sobre la mesa de la cocina y, justo cuando Elsa y Nico
iban a dar el primer mordisco a una de ellas, llegó su madre y les
echó tal regañina que no volvieron por allí en toda la mañana.
Estuvieron jugando en el jardín, preguntándose por qué aquel gesto
sin importancia había enfurecido tanto a su madre.
A
la hora de la comida, cuando hubieron terminado la carne con patatas,
mamá les sirvió de postre manzanas con caramelo.
-Por
eso me enfadé tanto esta mañana -explicó. Quería hacer manzanas
con caramelo, sólo me quedaban tres y yo también quería probarlas.
Más
tranquilos después de esta explicación, terminaron el postre y
corrieron a lavarse los dientes antes de salir a jugar.
También
las mamás tienen derecho a comer cosas ricas.
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anonimo cuento - 064
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