Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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martes, 13 de enero de 2015

El hombre, el tigre, la serpiente, el zorro .578

Había un campesino que salía muy temprano por una quebrada grande y un despeñadero. En una de esas mañanas oyó el grito del tigre que le decía:
-Amigo, amigo, venga para acá para hacerme un servicio.
El campesino se compadeció, fue y lo encuentra apretado de la mano con una piedra. El tigre le pide por favor que le saque la piedra, que le dará en recompensa todo lo que necesite. El campero lo libra de semejante prisión y él mismo pregunta:
-¿No me va a comer?
-Vea amigo, yo me encuentro con mucho hambre -le responde el tigre.
El campesino le dice:
-Vamos al juez.
Y en el camino se encuentran con un caballo flaco. El campero le dice:
-¿Quiere, amigo, servirnos de juez?
El caballo responde que con mucho gusto. El campero principió a contarle al caballo en la forma que lo había encontrado al tigre, como también a lo que se había comprometido. El caballo da la sentencia de que el tigre debía comerlo al campero y le dice estas palabras:
-Comaló porque a mi también los hombres me han dejado flaco.
Entonces el tigre pega un avance al campero y éste le dice:
-¡Eh, amigo, vamos a otro juez!
Después se encuentran con un buey y para igual cosa da la misma orden del caballo. Después salen en busca de otro juez y se encuentran con don Juan, el zorro.
Don Juan venía silbando y el campero le dice:
-¿Quiere, don Juan, servirnos de juez?
El zorro le responde que estaba bien.
-Siempre hice buenas justicias en el juzgado y en la policía -dice el zorro.
El zorro pidió que fueran al lugar donde el campero lo había encontrado al tigre. El zorro le pide al tigre que se coloque la mano como cuando lo vio el campero. El tigre obedece. El campero levanta la piedra y se la coloca sobre la mano. El zorro da la sentencia que es la siguiente:
-Dejeló que muera apretado, y yo tomo este camino y usted se va por el otro.

Rosario Gil, 30 años. Candelaria. La Candelaria. Salta, 1946.

La narradora es maestra de escuela. Oyó el cuento a campesinos de la región.

Cuento 578. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini


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