El
perro pelado
Diz
que era un pila inservible, calavera y
chupador.
Bueno,
dice que en aquel tiempo Dios andaba poniendolé trajes a todos los
animales. Y todos iban ande 'taba Dios. Y todos los animales le
decían:
-Pila,
vamos, Dios anda poniendo traje a todos los animales. ¿Cómo vas
andar pelado?
-¡Oh!
-que decía, me dejan tranquilo, a mí. Yo
voy mañana. Yo sigo chupando. Hay tiempo pa comprar ropa.
-No,
no hagás eso, ya se va acabar la ropa.
-Yo
tengo que seguir chupando quince días, recién voy a ir. Recién, a
los quince días me entero de chupar vino.
Bueno,
diz que recién después de los quince días, el pila si había
repletado de vino, y dice:
Llega
el pila, con una botella vacía bajo el brazo y le dice:
-¡Cómo
le va, amigo!
Y
Dios le dice:
-¿Quí
andás haciendo, pila, con esa botella?
El
pila contesta:
-Hi
andau chupando.
Dios
le dice:
-Vení
para acá, vamos a buscar lo que ha quedau de ropa pa vos.
Encontró,
Dios, unas borritas de pelo de toda especie. Era muy poco lo que
encontró. Lu agarra al pila y le dice:
-Nu
hay más, pila, que esto. Para que no seas pila del todo te vamos a
poner algo.
Le
pone unos cuantos pelos en la cabeza, otros en el espinazo y en la
punta de la cola. Y salió el pila rezongando, claro, todavía 'taba
un poco ebrio. Pero vio el castigo.
-Mejor,
ya no voy a chupar -dice. De hoy en adelante no chupo más. Ya no voy
a ser más calavera.
Y
recién se puso trabajador el pila, pero desde entonce quedó pelau
no más el pila por llegar tarde.
Roque
Guido Tarifa, 23 años. Amaicha del Valle. Tafí. Tucumán, 1951.
Trabajador
de campo. Buen narrador.
Cuento
797 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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