Había
una vez dos serpientes. Una era rosa de la cabeza a los pies, la otra
era completamente verde. Su padre fue un día a la ciudad y les
compró un sombrerito; rosa para la serpiente rosa, verde para la
serpiente verde. Cuando volvió a casa y le dio a cada una su
sombrero, la serpiente rosa dijo:
-Papá,
yo quiero el sombrero verde.
Y
la serpiente verde exclamó:
-Es
una suerte, porque yo prefiero el rosa.
Cuando
su padre, totalmente desconcertado, les explicó que era más
conveniente que cada una tuviera un sombrero de su mismo color, la
serpiente rosa le dijo:
-Como
siempre he visto a mi hermano, que es verde, creía que ese era
también mi color.
Y
la serpiente verde insistió:
-Y
como yo sólo veo a mi hermano, que es de color rosa, pensé que yo
era como él.
Al
escuchar esto, el padre, suspirando respondió:
-¡Vaya!
¡Un espejo es lo que debería haberos comprado y no un sombrero!
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anonimo cuento - 064
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