Javi
se encaramó al elefante, la pequeña Lisa se montó sobre el pato y
Marcos, como en todas las ferias, se subió a la grupa de un hermoso
corcel. La música empezó a sonar. Marcos y su caballo partieron al
galope.
-¡Arre,
caballo! ¡Adelanta al elefante de Javi y al pato de Lisa! -exclamó
Marcos.
Pero,
a pesar de la velocidad de su corcel, el elefante y el pato mantenían
su ventaja. Cuando paró el tiovivo, Marcos no quería bajarse del
caballo, quería intentarlo otra vez. Pero los otros le explicaron
que estaba perdiendo el tiempo. Su caballo nunca alcanzaría a los
que iban delante.
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anonimo cuento - 064
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