Un
príncipe cabalgaba por el bosque. Su caballo hendía el aire con su
galope y, a su paso, algunas ramitas crujían bajo sus cascos, que
apenas tocaban el suelo.
Llegó
a un claro y vislumbró, en lo alto de una cercana colina, el
castillo de sus padres. Después, siguió su camino hasta que se topó
con dos hombres que, a pesar del frío reinante, peleaban
enconadamente. El primero desahogaba su ira lanzando sobre el
segundo un raudal de insultos y exclamaba:
-¡Atrévete
a insultarme una sola vez y por cada insulto tuyo te devolveré mil!
Y
el segundo respondía:
-¡Pues
a cambio de tus mil mil insultos oirás diez mil!
El
príncipe interrumpió su camino y se acercó a los dos hombres:
-¡Amigos!
¡Descargad sobre mí vuestra ira! ¡Insultadme a mí y no os
devolveré los insultos!
Los
dos hombres quedaron avergonzados. Se callaron y, siguiendo el
consejo del príncipe, volvieron a ser amigos.
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anonimo cuento - 064
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