Matías
iba a casa de Juan a hacerle una visita. Al llegar al umbral de la
puerta, se encontró con José, el hijo de Juan.
-¡Hola,
José! ¿Qué hace tu padre? -preguntó.
-Iba
a empezar a comer pero, cuando le ha visto a usted llegar, ha corrido
a esconder el pavo en el horno, el jamón en la despensa y los
panecillos en la alacena.
Matías
entró en la casa y su vecino le saludó con estas palabras:
-Es
una lástima que no hayas llegado antes, habríamos comido juntos.
-No
he podido venir antes -contestó Matías. Mientras venía me ha
ocurrido una cosa muy curiosa. He visto una serpiente que tenía la
cabeza tan grande como el jamón que guardas en la despensa, tan
gorda como el pavo que escondes en el horno, blanca y dorada como los
panes que tienes ahí en la alacena.
A
Juan le dio tanta vergüenza que sacó la comida de los distintos
escondrijos y rogó a Matías que se quedara a comer con él.
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anonimo cuento - 064
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