Un
bien con un mal se paga
Que
se había entrampado un tigre. Que había quedado agarrado de una
mano, en la trampa. Que iba pasando un arriero de esos que viajaban
antes, y que le pide por favor que lo saque. El arriero le dice que
tiene miedo que lo coma después. Y entonce le dice el tigre que no,
que iban a ser buenos amigos. Y al fin, tanto le rogó, que lo sacó
de la trampa.
Como
el tigre había 'tau preso tanto tiempo, 'staba muerto di hambre, y
en seguida no más lo quiso comer al hombre. Y el hombre que le dice
que cómo lu iba a comer si li había salvau la vida. En eso que
'taban discutiendo, que pasa por áhi cerca el zorro, don Juan. Y que
el hombre le dice que lo llamaran para que juera juez. Y que el tigre
consintió, y lo llamaron.
Lo
llamaron al zorro y le contaron que el tigre había 'tau agarrau de
una mano en una trampa y que le había pediu que lo sacara. Que lo
sacó y que ahora se lo quería comer. Y que el zorro, con toda
picardía, le dijo que él tenía que ver cómo había sido, y cómo
tenía la mano el tigre. En un descuido del tigre le había dicho al
hombre que lo iba a salvar.
Jueron
al lugar. El tigre puso la mano y el hombre la agarró con la trampa.
Áhi no más s'hicieron un lado. Y le dijo el zorro que se quede no
más áhi por desagradecido. El tigre se quedó bramando de rabia, y
más lo que le dolía la mano.
Entonce
el hombre le dijo al zorro cómo l'iba a pagar ese servicio. Entoce
el zorro le dijo que cuando encuentre alguno muerto de su familia,
l'hiciera una sepultura juera del camino y que lu enterrara dejandolé
la cabeza ajuera. Y le agradeció el hombre y se des-pidieron.
Al
ratito no más después que se separaron, encontró el hombre un
zorro muerto en el camino. Si apartó del camino, cavó un pocito y
lu enterró con la cabeza ajuera. Caminó otro trechito, ¡y otro
zorro muerto! Lu enterró lo mismo. Anduvo otro trechito, ¡y otro
zorro muerto! Lo volvió a enterrar. Al ratito no más, ¡otro zorro
muerto! Güeno, ya se cansó y sí enojó el hombre y dice:
-¡Qué
tanto embromar, con tantos zorros muertos!
Y
agarró y lo enterró con cabeza y todo y li apisonó la tierra. Y
así le pagó al zorro. Y así es, que un bien con un mal se paga.
Leoncia
de Morán, 46 años. Concarán. Chacabuco. San Luis, 1951.
Lugareña.
Buena narradora.
Cuento
598. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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