Había
una vez tres ladrones. Robaron de un banco un saco lleno de oro. Se
lo llevaron lejos de la ciudad, pero, al llegar la noche, el
cansancio pudo con ellos y tuvieron que echarse a descansar.
-No
pienso dormir -dijo en voz alta el primer ladrón. Si esto ocurriera,
seríais capaces de escaparos los dos con el oro.
-Yo
tampoco -dijo el segundo.
-Pues
yo confío en vosotros -dijo el tercero. Y se quedó dormido o, al
menos, eso creyeron los otros.
-Mira
que somos tontos de no confiar unos en otros -convinieron los dos
ladrones, ya casi dormidos.
Pero
el tercer ladrón sólo había fingido que dormía. Así que, en
cuanto vio que sus compinches habían caído rendidos, dejó su
comedia y, sin hacer ruido, se escapó con todo el oro.
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anonimo cuento - 064
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