-¿Qué
te pasa, Cloe? -le preguntó un día el guarda del zoo al cocodrilo.
-Es
mi cumpleaños, y nadie se ha acordado. No he recibido ni una mísera
carta- sollozaba Cloe.
-¡Bah!
¿Eso es todo? -le preguntó el guarda.
-Sí,
eso es todo -lloriqueó Cloe. Tú ni siquiera me has felicitado.
Al
cabo de una hora se oyó un gran guirigay y todos los animales
entraron con el guarda en el recinto del cocodrilo. Cada uno llevaba
un hermoso regalo; rodearon a Cloe y cantaron «Cumpleaños feliz».
-Queríamos
darte una sorpresa y celebrar tu cumpleaños después de que cerraran
el zoo -dijo el tigre.
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anonimo cuento - 064
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