Un
día, en el bosque, coincidieron un zorro y un gato.
-¡Hola,
raposo! -le dijo el gato. ¿Qué tal estás?
El
zorro lo miró de arriba abajo y estuvo un rato pensando si debía o
no responder a aquella criatura.
-¿Te
atreves a dirigirme la palabra? -exclamó por fin. ¡A mí, al
temible zorro, al animal astuto por excelencia! ¡A mí que soy
famoso en todo el mundo por mi ingenio! ¡Y tú, un simple gato, te
atreves a hablarme!
-Yo,
por lo menos, soy capaz de subirme a los árboles y escapar del
peligro -maulló el gato.
-Y
eso, ¿para qué te sirve? -respondió el zorro en tono irónico.
Entonces,
a lo lejos, se oyó ladrar una jauría. El gato se encaramó a un
árbol cercano y el zorro salió corriendo.
-Ahora
ya conoces la respuesta -contestó el gato al zorro, que corría como
alma que lleva el diablo.
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anonimo cuento - 063
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