Un
hombre estaba un día sembrando bajo la mirada atenta de una
golondrina y de varios pájaros más que se encontraban posados en un
cable del teléfono.
-¡No
os fiéis de ese hombre! -les prevenía la golondrina.
-¿Por
qué? -preguntaron las demás.
-Ese
granjero está sembrando semillas de cáñamo -respondió la
golondrina. ¡Coged cada semilla que plante, de lo contrario lo
pagaréis con vuestra vida!
Pero
los estúpidos pájaros no escucharon a la golondrina y, cuando llegó
la primavera, el cáñamo ya había crecido. Después de la siega, lo
transformaron en cuerda para fabricar redes.
Muchos
pájaros, que no habían escuchado los consejos de la golondrina,
cayeron presos en ellas.
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anonimo cuento - 063
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