Érase
un león que se enamoró de la hija de un leñador. Pero este se negó
a entregar a su hija a tan peligroso animal.
El
león, despechado, amenazó al leñador y a su mujer, que vivían
aterrorizados. Finalmente, el león tomó la palabra:
-Nos
honra tu petición, pero nuestra hija es frágil. Podrías herirla al
demostrarle tu afecto. Si consintieras que te quitáramos las garras
y los dientes, aceptaríamos.
El
león estaba tan enamorado que aceptó. Cuando volvió sin uñas ni
dientes, el leñador, más tranquilo, lo cazó.
Si
tú fueras león, ¿habrías caído en la trampa del leñador?
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anonimo cuento - 063
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