Mamá
pata siempre había vivido en la granja. Quería mucho a los
granjeros y a los demás animales. Un día, el viejo perro del pastor
le dijo:
-La
semana que viene la granjera cumple cincuenta años. Habrá una gran
fiesta en la granja y todos los invitados le harán regalos.
-¿Qué
vamos a regalarle nosotros? -preguntó la pata.
-¡Es
difícil decidirse! -respondió el perro con aire dubitativo.
La
pata se alejó pensativa. Todos su hijitos dormían la siesta en un
colchón de plumas. Al verlos, se le ocurrió una idea.
Se
dirigió hacia la granja contoneándose, cogió un saco y recogió
todas las plumas que pudo encontrar. Pidió ayuda a los demás
animales. Pronto, el saco estaba lleno de plumón blanco y suave.
Mamá
pata hizo un almohadón y lo dejó a la puerta de la granja. Cuando
la granjera salió y lo vio se sintió conmovida. Nunca había tenido
una almohada tan blandita.
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anonimo cuento - 063
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