Una
urraca sobrevolaba un arroyo cuando vio flotar en él un objeto rojo.
Se abalanzó sobre él, creyendo que se trataba de un delicioso pez.
¡Nada
de eso!
Era
el corcho de un pescador. De esta manera, la pobre urraca se encontró
atrapada en el anzuelo.
El
pescador dormitaba en la orilla pero, en cuanto oyó que algo tiraba
de la caña, se despertó. Vio entonces al pájaro que se debatía en
el externo del hilo y, con cuidado, tiró de él.
La
urraca no se movió y el pescador pudo retirar el anzuelo del fondo
de su garganta. El pájaro, viéndose libre, escapó a toda prisa y
en adelante tuvo cuidado de no volver a morder el anzuelo.
0.999.1
anonimo cuento - 063
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