-¿Sabías
que al pie de cada arco iris hay una olla llena de oro? -le dijo
Mario un día a su amigo.
-¿Y
si fuéramos a buscarla? -preguntó este último.
Se
pusieron en camino en dirección al arco iris. Anduvieron mucho rato,
pero el arco iris seguía estando a la misma distancia.
De
repente, el sol atravesó las nubes, el arco iris desapareció y, con
él, la olla de monedas.
-Ahora
ya no podremos encontrarla -dijo Mario.
-No
importa -contestó su amigo. En el camino hemos visto cosas más
bonitas que el oro.
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anonimo cuento - 063
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