Todas
las noches, para que las flores se duerman, la brisa las acuna
mientras el tomillo les cuenta un cuento. Una noche, les contó cómo
habían encontrado las flores sus raíces.
Hace
mucho, muchísimo tiempo, las flores iban de un sitio para otro por
la pradera. Un día, sin embargo, hacía tanto calor que una
margarita decidió que no podía dar un paso más. Se paró a la
sombra de un viejo olmo. El árbol, que era muy sabio, le dijo:
-Si
tienes sed, hunde tus pies en la tierra. Encontrarás agua.
La
margarita lo hizo y pudo calmar su sed. Tan fresca se sintió que se
le ocurrió la idea de establecerse allí.
Pasaron
otras flores por aquel lugar y la margarita les explicó cómo
encontrar agua bajo el suelo. Todas las flores se paraban a calmar su
sed. Y así fue como echaron raíces.
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anonimo cuento - 063
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