Una
vez al mes, Alicia iba en tren a visitar a su padre, que vivía en
otra ciudad.
Un
día, el jefe de estación, que la conocía, le dijo:
-¡Hoy
tendrás que coger otro tren, Alicia! El que está en aquel andén.
-¡Qué
tontería! -respondió Alicia. Siempre he cogido el mismo tren.
-Pues
hoy no es posible, tienen que arreglarlo -insistió el jefe de
estación.
Alicia
no le hizo caso y se sentó, como de costumbre, en el tren de
siempre. Unos minutos después, llegó un tren nuevo, subieron los
viajeros y después se alejó despacio.
Aquel
día, Alicia perdió el tren. Por su cabezonería se quedó sin ver a
su padre.
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anonimo cuento - 063
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