Un
leñador fue un día al bosque para cortar un poco de leña. Como
tenía hambre, encendió una fogata para preparar unas salchichas que
su mujer le había dado.
De
pronto, escuchó un terrible rugido y vio salir de la espesura a un
oso que se aprestaba a atacarle. Entonces, el leñador le ofreció
tranquilamente las salchichas.
-Parecen
buenas -le dijo el oso. Me gustaría comerlas, pero son muy pocas...
El
leñador le señaló entonces una liebre que había por allí cerca y
el oso, lanzándose sobre ella, la mató inmediatamente.
-Y
ahora, quiero que la conviertas en salchichas -le ordenó al leñador.
-Lo
primero, necesitamos una hoguera muy grande -respondió el leñador
y, cogiendo su hacha, hizo un profundo corte en un árbol vecino y le
dijo al oso que metiera allí su pata. El oso, confiado, obedeció
sin sospechar nada. El leñador, entonces, empujó el tronco con
todas sus fuerzas hasta que la pata del oso quedó aprisionada.
El
leñador, sin entretenerse más, salió corriendo para su casa, más
rápido que el rayo.
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anonimo cuento - 063
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