Un
día, un hombre vio venir por el camino a un viajero descalzo y le
preguntó:
-¿Por
qué no llevas zapatos?
-No
tengo dinero para comprarlos. Pero, por cierto, ¿por qué esta
ciudad no tiene nombre? -interrogó él a su vez.
-No
nos ponemos de acuerdo -respondió el hombre. Si tienes alguna idea,
a cambio te daré unos zapatos.
El
viajero reflexionó:
-Llamadla
Del Valle. Después de todo, está asentada en el valle, al pie de
las colinas.
-Ese
nombre le va de maravilla -exclamó el hombre, satisfecho.
-Ahora,
dame mis zapatos -le recordó el viajero.
-¿Zapatos?
¿Qué zapatos?
-¿No
habíamos hecho un trato? -se extrañó el viajero.
-Al
menos, habrás aprendido la lección. Antes de hacer tratos, debes
asegurarte de que los haces con gente de fiar -le dijo el tramposo
lugareño mientras se alejaba.
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anonimo cuento - 063
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