Un
día, el enanito verde fue al peluquero, que era, todo hay que
decirlo, un cangrejo.
-¿Le
corto el pelo? -le preguntó el crustáceo, cuando el enanito verde
se hubo sentado.
Este
asintió y el cangrejo, que no era muy rápido, empezó a cortarle el
pelo.
-Perdone
-le dijo el cangrejo al enanito, que se había dormido. Como estaba
usted dormido, me he tomado la libertad de recortarle el bigote.
Pero, como nunca consigo que los dos lados queden iguales, he cortado
y recortado para igualar... ¡hasta que lo he cortado todo! Espero
que le vuelva a crecer pronto.
0.999.1
anonimo cuento - 063
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