Hace
muchísimo tiempo, los hombres tenían varias esposas. Un hombre que
empezaba a hacerse viejo tomó, un día, dos esposas.
La
primera era joven y alocada. Soñaba con que su marido fuera tan
joven como ella. Por las noches, le peinaba y le arrancaba las canas.
La
segunda era mayor, pero igual de atolondrada. Le encantaba el pelo
gris de su marido que le hacía parecer tan mayor como ella. Por eso,
todas las mañanas le cepillaba el pelo y le quitaba algún cabello
negro.
El
hombre estaba encantado con las atenciones de sus mujeres. Sin
embargo, una mañana, comprobó que estaba calvo. Esto terminó con
sus amores.
No
pudo evitar el pensar que dos esposas son demasiado, porque «quien
mucho abarca, poco aprieta».
0.999.1
anonimo cuento - 063
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