Había
una vez dos granjeros, uno muy rico y el otro más pobre que las
ratas, que fueron un día al mercado. El granjero rico cabalgaba
sobre un magnífico caballo, mientras el otro montaba sobre un buey
viejísimo. Los dos vendieron sus productos en el mercado y pudieron
comprar lo que necesitaban.
El
rico necesitaba insecticida y queso manchego muy curado. El pobre,
por su parte, quería comprar jabón perfumado para regalárselo a
su mujer el día de su cumpleaños.
El
caballo, que era muy vanidoso, se encabritó cuando vio su carga,
indigna de un hermoso ejemplar como él.
-No
te preocupes -dijo el granjero pobre a su compañero. Mi buey puede
llevar tu carga y la mía.
Colocó
el queso y el insecticida sobre el buey.
El
granjero rico, conmovido por tanta generosidad, le regaló una bolsa
llena de monedas de oro.
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anonimo cuento - 063
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