En
el fondo de una charca tranquila, vivía un enanito verde.
Durante
el invierno, sin embargo, vivía con el temor de que el hielo que
cubría las aguas alcanzara el tejado de su casa. Por eso, en cuanto
llegaban las primeras heladas, se armaba de un hacha con la que
raspaba y quitaba el hielo. En lo más crudo del invierno, incluso
tenía que hacerlo varias veces al día.
Una
noche, tuvo un sueño: el hielo se había acumulado en tal cantidad
que no podía despejar su casita. Empezaba a tener frío, cada vez
más frío.
Pronto,
pensó que no iba a poder resistir. Se despertó bruscamente y no le
extrañó haber pasado tanto frío. En su sueño, había rascado el
hielo con tal energía que todas las mantas se habían caído a los
pies de la cama. Las arregló otra vez con cuidado y se volvió a
dormir.
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anonimo cuento - 063
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