Erase una vez dos
pingüinos que vivían en el Polo Norte. Siempre estaban metidos en casa pues
tenían mucho frío. Sus amigos no se lo podían creer. Un buen día salieron a dar
un paseo y vieron un barco muy grande. Atraídos por la curiosidad se lanzaron
al agua y se acercaron a el. El barco era un pesquero y se acercaron tanto a el
barco, que cayeron atrapados en sus redes. Sin darse cuenta les metieron a la
bodega del barco. Una vez que llegaron al puerto, y mientras descargaban el pescado,
se dieron cuenta de su captura. Cogieron a los dos pingüinos y los llevaron al
zoo de la ciudad. Allí les bañaron y les dieron comida. También una casita muy
bonita. Por fin no iban a tener nunca más frío. Fueron muy felices, y colorín
colorado este cuento se ha acabado.
(Consejo:
No dejes de soñar, los deseos algunas veces se
cumplen.)
999. Anonimo
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