Vivía en el bosque
verde un conejito dulce, tierno y esponjoso. Siempre que veía algún animal del
bosque, se burlaba de él. Un día estabada sentado a la sombra de un árbol,
cuando se le acercó una ardilla.
-Hola señor conejo. Y
el conejo mirando hacia él le sacó la lengua y salió corriendo. Que maleducado,
pensó la ardilla. De camino a su madriguera, se encontró con una cervatillo,
que también quiso saludarle:
-Buenos días señor
conejo; y de nuevo el conejo sacó su lengua al cervatillo y se fue corriendo.
Así una y otra vez a todos los animales del bosque que se iba encontrando en su
camino. Un dia todos los animales decidieron darle un buena lección, y se
pusieron de acuerdo para que cuando alguno de ellos viera al conejo, no le
saludara.
Harían como sino le
vieran. Y así ocurrió. En los días siguientes todo el mundo ignoró al conejo.
Nadie hablaba con él ni le saludaba. Un dia organizando una fiesta todos los
animales del bosque, el conejo pudo escuchar el lugar donde se iba a celebrar y
pensó en ir, aunque no le hubiesen invitado. Aquella tarde cuando todos los
animales se divertían, apareció el conejo en medio de la fiesta. Todo hicieron
como sino le veían. El conejo abrumado ante la falta de atención de sus compañeros
decidió marcharse con las orejas bajas. Los animales, dandóles pena del pobre
conejo, decidieron irle a buscar a su madriguera e invitarle a la fiesta. No
sin antes hacerle prometer que nunca más haría burla a ninguno de los animales
del bosque. El conejo muy contento, prometió no burlarse nunca más de sus
amigos del bosque, y todos se divirtieron mucho en la fiesta y vivieron muy
felices para siempre.
(Consejo: Procura no
burlarte nunca de la gente.)
999. Anonimo
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