La zorra era conocida
por su presunción y su gracia. Participaba en todos los bailes del bosque
dándose mas importancia que una princesa.
Un día encontró una
gata que le dijo admirada: ¡Oh, querida zorra! ¿Que haces para ser tan lista?
Me gustaría tanto poder ser así. La zorra casi reventó de orgullo.
-Quién no lo consigue
es solo por estupidez -dijo con soberbia. No sabes hacer nada especial, ¿gata
inútil?
-¡Oh, no! respondió la
gata. Ya es bastante si consigo subirme a un árbol cuando veo un perro.
-Entonces estupendo
-sonrió la zorra.
Yo tengo un montón de
recursos, engaños e ideas geniales para cada uno de los perros que encuentro.
¡Ven conmigo!
En ese momento,
llegaron al bosque unos cazadores con sus perros, y las cosas se pusieron muy
feas. Sin pensarlo dos veces, la gata se subió de un salto al árbol; .
Pero los perros se
abalanzaron sobre la zorra presuntuosa y la mataron.
-Te han dejado bastante
apanada, señora zorra -maulló la gata. Mi único y modesto recurso valía mas que
todo un ingenio.
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