Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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jueves, 30 de octubre de 2014

La tortuga y el cura .028

En un pueblo vivían una tortuga y un cura que eran muy amigos: trabajaban juntos, comían juntos, paseaban juntos... Un día, en uno de sus paseos encontraron un ataúd. La tortuga se alejaba y el cura le advirtió: «Si dentro de este ataúd solamente hay un muerto, lo enterraré y nada más. Pero si hay dinero me lo quedaré todo».
La tortuga no le hizo caso y siguió alejándose. Mientras tanto el cura abrió el ataúd y vio que estaba lleno de monedas de oro. Tal como habían acordado se lo iba a quedar todo; pero pensó que, ya que lo compartía todo con la tortuga, también tenía que repartir con ella su riqueza. De manera que la llamó y la tortuga, al ver tanto oro, pretendió quedarse con la mayor parte; el cura, sin embargo, hizo el reparto de manera que él mismo se quedó con algo más, encerró lo suyo en el propio ataúd y lo enterró frente a su casa.
Cuando la tortuga llegó a su casa con las monedas que le habían tocado su mujer se puso la mar de contenta. Pero ella estaba disgustada porque el cura se había quedado con una parte más grande y aquella misma noche le robó el ataúd. El cura, al darse cuenta, esperó a que volviera a anochecer. Entonces se puso una luz bajo la sotana y, tocando una campanilla, empezó a dar vueltas a la casa de la tortuga mientras gritaba con voz lúgubre:

Kube kube
odje san xima
jalmax omama
oya mabape
dadalan1.

La tortuga se atemorizó tanto que inmediatamente lo devolvió todo. Aunque por la noche siguiente, repuesta del susto, volvió a robarlo y el cura repitió su actuación. Los robos y restituciones se fueron sucediendo hasta que el cura fue a visitar a la tortuga y le dijo: «Habíamos establecido que si dentro del ataúd había dinero me lo quedaría todo y aun así lo he repartido contigo. Deberías mostrarte agradecida y, en cambio, sólo pretendes robar mi parte. De ahora en adelante ya no te consideraré mi amiga».
Y dicho esto cogió todas sus cosas y se marchó a un lugar desconocido.

Fuente: Jacint Creus/Mª Antonia Brunat

0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 050

1 Eso me lo has cogido tú. Devuélvemelo, ladrón.

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