Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

domingo, 8 de febrero de 2015

Las animas milagrosas .1029

Cuentan que una vez vivió una pobre vieja que tenía una sobrina. Esta vieja no sabía cómo hacer para que la muchacha se casara. De por medio ella hacía unas visitas a la casa de una comadre, y allí siempre encontraba a un caballero rico. Entonces la vieja empezó hablar de la sobrina y de las buenas cualidades de la muchacha. Ella decía que era muy habilidosa, que sabía coser y bordar...
De resulta que este caballero, muy entusiasmado, fue a visitarla y preguntó a la muchacha si sabía hilar, pero la tía rápidamente contestó:
-¡Claro que sabe hilar, y lo hace con tanta rapidez y habilidad!...
El caballero entonces dejó tres madejas de lino para que las hilase. Ahora bien, la niña no sabía hilar, y a la noche se fue a su cuarto llorando y se encomendó a las benditas ánimas. Mientras rezaba se aparecieron tres ánimas y le dijeron que no llorase, que ellas la ampararían en pago del bien que les hacía con las oraciones, y al momento quedaron las tres madejas hiladas. Pero resulta que al otro día volvió el caballero y preguntó si la muchacha sabía coser.
-¡Cómo no ha de saber! -dijo la tía.
Entonces dejó género para que le hiciera tres camisas. La niña no sabía coser, pero esa noche las ánimas trabajaron por ella. Al tercer día se presenta el caballero con un chaleco de raso para que se lo bordase. Tampoco sabía bordar, y a la noche cuando estaba encomendándose con mucho fervor, aparecieron las tres ánimas, y una dijo:
-Te vamos a bordar el chaleco, pero con una condición: tenés que convidarnos a tu boda.
Así sucedió, y cuando el caballero vio tan bien bordado el chaleco, le dijo a la tía que quería casarse con la sobrina. La vieja estaba contentísima, pero la muchacha pensaba: ¡qué va a ser de mí cuando se entere que no sé hacer nada!
Llegó el día de la boda y las ánimas invitadas por la muchacha fueron al casorio.
Al entrar en la sala tres viejas muy feas, pues, una tenía un brazo corto y otro tan largo que lo arrastraba, la otra era muy jorobada y la tercera tenía ojos saltones y muy colorados, preguntó el caballero:
-¿Quiénes son esas viejas?
-Unas tías de mi padre -respondió la muchacha.
Entonces el señor se encaminó hasta ellas y le preguntó a la primera:
-¿Por qué tiene un brazo tan largo?
-Porque he hilado mucho -respondió.
A la segunda le preguntó:
-¿Por qué es tan jorobada?
-De tanto bordar, hijo mío -respondió ésta.
A la tercera le preguntó:
-¿Por qué tiene los ojos tan reventones?
-De tanto coser y agachar la cabeza sobre la costura -contestó.
Entonces el caballero dijo a su esposa:
-Quema tu huso, y que no te vea jamás hilar. Quema tu bastidor, y que en la vida de Dios te vea bordar. Agarra los hilos y las agujas y tíralas al pozo.
Y así la pobre muchacha se salvó y fue muy feliz con su esposo.

Nicasia Giménez, 45 años. Trenel. La Pampa.

La narradora es maestra de escuela. Oyó el cuento muchas veces a una mujer del pueblo, en su infancia.

Cuento 1029. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini


0.015.1 anonimo (argentina) - 072

No hay comentarios:

Publicar un comentario