Era una tarde muy bonita, los pájaros
cantaban y brillaba en lo alto el sol, era una tarde de invierno pero en
Corrientes hacía calor, mi niña dormía tranquila, mientras sus sueños velaba
yo; en un momento oportuno por la ventana un rayito de sol entró, dio en su
carita y mi niña, asombrada, sus pequeños ojos abrió.
Hola pequeña preciosa, ¿qué has soñado hoy?
Cuando tranquila dormías, y tus sueños cuidaba yo, vino un duende muy bueno,
que en tus sueños dejó aromas de frutas frescas, flores, colores y amor, el
canto de los pájaros y un rayito de sol. Pero sin darse cuenta el duende con su
rayito te despertó y para que tú no lo vieras detrás de las cortinas su carita
verde escondió, pero no pudo esconder el duende su cara de emoción al verte despierta
mi niña con tus ojitos brillantes, brillantes como el sol.
Fuente:
Guadalupe Molina
999. Anonimo
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