Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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viernes, 6 de diciembre de 2013

El zorro y el tigre .169

Siempre el zorro andaba atrás del tigre porque el tigre mata animales para comer y deja sobrantes, y los aprovecha el zorro.
Una güelta el zorro y el tigre salieron a cazar. El tigre le dijo al zorro que suba arriba de un árbol pa que diga los animales que vienen. Y le dice que empiece a decir qué animales vienen. Bueno, entonce el zorro le dijo:
-Tío, tío, allá viene una majada de ovejas.
-No me gusta, porque son muy lanudas.
-Tío, allá viene una manada de potros.
-No gustan porque patean muy juerte; me van a quebrar la quijada.
-Allá vienen unas vaquillas.
-¡Ah, ésas gustan!, son tiernitas. Bajate Juan ayudame. Ara le doy un zarpazo.
Cuando pasó la vaquilla, el tigre le pegó el salto y jue obra de unos minutos. La voltió, le quebró el pescuezo y empezó a comer. Pero al zorro lo mandó que se quede en el árbol, que no se baje, que mire si viene alguien.
El tigre carniaba y comía. Comió la degolladura y siguió con otras partes. Al zorro no le daba nada. Entonce le dice de arriba:
-Tío, deme la panza.
-No, es pa colchón de tu tía.
-Tío, deme la cola.
-No, dejá pa que cuelgue el peine tu tía.
-Tío, deme el cuero.
-No, dejá pa que ponga la cama y duerma tu tía.
-Tío, deme la cabeza.
-Dejá pa que se siente tu tía.
-Tío, deme los chinchulines384.
-No, dejá pa rosario de tu tía.
-Tío, deme la vejiga, entonce, la chuspa.
-Eso te voy a dar.
Eso no se come, y entonce el zorro 'taba pensando qué iba a comer.
El tigre, lleno, se acostó a dormir al lado de la carne. El zorro no se podía bajar porque el tigre lo espiaba.
Entonce el zorro empezó a cazar moscas y llenó la chuspa que la había inflado.
Entonce el tigre se durmió profundamente. Entonce el zorro, este pícaro, se bajó muy despacito y le ató la vejiga en la cola del tigre. Y subió otra vez al árbol y de arriba le pegó el grito:
-¡Tío tigre, allá viene una comisión!
Y el tigre siempre tiene miedo a las autoridades, y creyó que el ruido de las moscas era de la comisión, y disparó.
Entonce, Juancito, el zorro, se bajó a comer. Después que se llenó bien se puso a dormir también.
Como el tigre disparó entre los montes, por ahí le agarró una espina le rompió la chuspa y se dio cuenta que el zorro lo jodió. Entonce volvió pa matar al zorro.
Cuando el zorro sintió el bramido del tigre se despertó, pero ya 'taba el tigre encima. Salió corriendo Juan y se metió en una cueva, pero el tigre lo alcanzó a agarrar de la cola. El zorro para salvarse le gritó:
-¡Tire tío, que es una raíz de tala!
Entonce el tigre lo largó. Pero áhi también venían dos cuervos y los llamó y les dijo:
-Aquí 'tá mi sobrino que me embromó, esta porquería. Voy a trair una pala pa cavar. Ustedes son mis agentes, vengan a cuidar acá. No me dejen salir este individuo jodido de acá.
Entonce el zorro se vio perdido, pero empezó a hablar a los cuervos. Entonce le dice a uno de los cuervos:
-Amigo, usté es el agente de mi tío tigre, hace bien de obedecer, pero como yo me voy a morir, le voy a pedir el último favor que me puede hacer.
-¿Cuál es el favor? -le dice el cuervo.
-Es que me cante antes de morir, porque a mí me han dicho que usté es un gran cantor.
Entonce, el cuervo, como no sabe cantar, ya se quedó muy engreído, creyendo que era cantor.
-Bueno, te voy a cantar -le dice. Te voy a cantar por ser el último día. Te voy a cantar un cantito:
-¡Tra! ¡Tra!
¡Para atrá!
El cuervo abre la boca y se echa para atrá, y entonce el zorro agarra un puñado de tierra y se lo metió en la boca y le tapó la cabeza y salió disparando.
El tigre vino y vio que lo había jodido otra vez y lo siguió buscando para matarlo, pero el zorro le hizo muchas picardías y nunca lo pudo matar. Con su viveza lo embromó siempre al tigre.

Roberto del Carmen Sánchez, 60 años. Barranqueras. San Fernando. Chaco, 1960.

El narrador es persona de cierta cultura. Trabaja en los campos del oeste de la provincia, en los límites con Salta. Ahí oyó contar este cuento a los pobladores criollos.

Cuento 169. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

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