Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

viernes, 6 de diciembre de 2013

El zorro y el tigre .159

Resulta que el zorro andaba muy flaco y muy sarnoso, de modo que no podía casi cazar, y discurrió buscarlo de patrón al tigre. Y le dijo al tigre si lo quería ocupar. El tigre le dijo que bueno. El tigre lo ocupó como asistente. El tigre estaba a la sombra de un árbol completamente lleno, bien comido, y no se ocupaba para nada del zorro ni de la caza. El zorro, en cambio, tenía apuro porque el tigre cazara, para comer él. Que el árbol ande 'taba el tigre era muy ladiado y p udo subir el zorro hasta una altura para mirar si venían presas y pedirle al tigre que cazara. Entonce vio que venía una gran majada de ovejas y lo despertó al tigre que 'taba durmiendo y le dijo que venía una gran majada de ovejas. El tigre le dijo que no le gustaban porque eran muy lanudas, pero era porque 'taba lleno. Que al rato vio el zorro una majada de cabras. Le dio aviso al tigre. El tigre le contestó que no le gustaban porque eran muy barbudas. Mientras tanto el zorro no podía más de hambre. Pero, por fin, se divisó una manada de yeguas. Le avisó el zorro al tigre y el tigre le dijo que las echara. El zorro comenzó a arriar las yeguas y el tigre se escondió achatado, en un pajonal, para hacer presa. Y el zorro venía gritando:
-¡La de más adelante es más gordita! ¡La de más adelante vale la pena!
Y se trataba de una potranca bien gorda. Cuando llegó la potranca cerca, el tigre la saltó y le quebró el cogote. Y la arrastró a la sombra del árbol y se puso a carniarla. Él comía y no le convidaba nada al zorro. Por fin, después de lamentarse el zorro le pidió con toda humildá que le diera las tripitas, pero el tigre le dijo:
-Las tripitas son pa bombilla de tu tía tigra.
El zorro le siguió pidiendo otras achuritas, pero el tigre lo decía que eran para la tía tigra. Al ver esta negativa le pidió la vejiga, y el tigre le dijo:
-Tomala -y se la dio.
Pero, el zorro qué iba a hacer con la vejiga, que no sirve para comerla. Y discurrió de subirse al árbol y soplarla, inflarla para secarla.
El tigre comió hastá que no pudo más y se echó a dormir al lado de la presa.
El zorro se bajó despacito del árbol y le echó unos granos de maíz a la vejiga, que ya 'taba seca y se la ató a la cola del tigre. Se volvió a subir al árbol y principió a contar:
-Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete...
Y el tigre se despertó y le preguntó qué contaba. Y el zorro le dijo que eran cuatro jinetes a caballo que venían con perros. El tigre asustado le preguntó del lado que venían, y el zorro le indicó un lado. El tigre disparó para el lado contrario. El ruido de la vejiga con los granos de maíz le hacía creer al tigre que era el tropel de los perros y de los caballos de los camperos que lo corrían. Y mientras más disparaba más cerca le parecía que sentía el tropel. Y después de disparar varias leguas se dio por vencido de cansancio, se paró y hizo espalda en un matorral pa peliar a sus enemigos. Se dio cuenta entonces que el ruido era de la vejiga que tenía atada a la cola y que el zorro le había hecho esa travesura. Y se volvió a buscarlo al zorro.
El zorro se quedó comiendo la potranca y después se disparó, porque sabía que el tigre lo iba a buscar.
El tigre lo buscaba al zorro por todos lados pero no lo podía encontrar. Agarraba a otros zorros, porque son todos iguales, pero al de la picardía no lo encontraba, porque debía tener la panza hinchada de tanto comer. Por fin, un día lo cachó en un  pajonal. El zorro le pidió perdón pero el tigre no lo perdonó y le dijo que lo iba a matar. Entonce el zorro le dijo que para que no lo hiciera sufrir tanto lo matara en una piedra grande que se vía a la distancia. Y áhi cerca de la piedra 'taba una cueva. Bueno, que en el viaje hasta llegar a la cueva el tigre se tiró uno, y le preguntó al zorro que qué le parecía eso, y el zorro le dijo que era como florcitas del campo. Y que ya junto a la cueva se tiró otro. Y cuando le preguntó al zorro lo mismo que antes, el zorro le dijo que era un pedo y se zampó en la cueva. Pero el tigre con toda ligereza metió la mano y lo cachó al zorro del lomo. Y el zorro le dijo al tigre:
-¡Tire, mi tío tigre, que es una raiz de coromío!
El tigre se creyó y lo largó. Y áhi se quedó el zorro en la cueva. Y el zorro de vez en cuando salía y lo miraba. Y el tigre le decía que iba a estar hasta que saliera. Y el zorro le decía al tigre que él se iba a ir primero porque él era más duro para el hambre. Pero al tiempo, después, pasó un Carmelo, o sea un carancho, y el tigre lo llamó para que cuidara un preso en la cueva. Y quedó el carancho de centinela y se fue el tigre. El zorro le empezó a decir al carancho que no era forma de estar de centinela tan triste. Que jugaran a ver quién abría más grandes los ojos. Y así lo hizo el carancho. Y entonce el zorro alzó un puñado de tierra y le tiró en los ojos y lo dejó ciego, y él salió disparando, y se salvó.
El tigre lo salió a buscar al zorro. Lo buscaba por todos lados y no lo podía encontrar. Entonce lo fue a esperar en una laguna que tenía que bajar a tomar agua. Se escondió y lo esperó. Y cuando llegó cerca, el zorro sospechó que áhi 'taba el tigre y dijo:
-Agüita, ¿te tomaré?
Y el tigre no decía nada. Y el zorro volvió a decir:
-Agüita, ¿te tomaré?
Y el tigre, entonces, dijo:
-Tomame.
Y áhi dijo el zorro:
-Agua que habla no bebo yo -y disparó.
Como no lo podía agarrar al zorro, el tigre se fingió muerto. Entonce lo invitaron al velorio al zorro.
El zorro llegó al velorio montado en una gama. Se bajó en la casa del velorio con las riendas en la mano. Lo invitó la tigra que pasara y que olvidara todo lo que había ocurrido con el tigre. Pero el zorro le dijo que áhi ande estaba no más iba a rezar.
En eso que 'taban áhi, el tigre se tiró uno y el zorro dijo:
-Dijunto que se pé no velo yo.
Y se disparó y no lo agarró más el tigre.

Lorenzo Arturo Ferreyra, 60 años. Villa General Mitre. Totoral. Córdoba, 1952.

Nativo de la región, es persona de cierta cultura. Muy buen narrador.

Cuento 159. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030 

No hay comentarios:

Publicar un comentario