Una
vez, el tigre lo vino a buscar al hombre para pelear. Entonce el
tigre era bayo, no tenía las manchas que tiene ahora en el cuero.
Encontró
un caballo muy maltratado y le preguntó por qué 'taba así. El
caballo le dijo:
-Así
me ha puesto el hombre, que es muy malo.
-Más
malo soy yo. Ya lo voy a pelear -dijo el tigre.
Y
jue y lo encontró en el monte, al hombre, que estaba hacheando.
Estaba hacheando una palmera y había hecho una gran rajadura, y
había puesto una cuña. Y llegó el tigre y le dijo que quería
pelear. Entonce le dijo el hombre que le ayude a partir esa palmera,
él que tiene tanta juerza. Entonce el tigre metió las dos manos en
la rajadura. El hombre sacó la cuña y el tigre quedó agarrado bien
seguro.
Cuando
el hombre lo vio al tigre así, sacó el lazo que tenía a mano y le
empezó a pegar con el lado de la argolla. Le pegó tanto, que quedó
con esas manchas que tiene. Por eso, de bayo que era se hizo overo.
Paulino
Gutiérrez, 40 años. Villa Alta. Resistencia. San Fernando. Chaco,
1952.
El
narrador oyó este cuento muchas veces entre campesinos de la región.
Cuento
574. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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