Dicen
que una vez se encontraron la zorra y la perdiz. La zorra le pregunta
a la perdiz:
-¿Por
qué tenis guagüitas tan lindas y overitas? ¿Cómo has hecho para
que sean tan barchilas?
La
perdiz le cuenta que una vez hizo calentar un horno de hacer pan, y
después que estuvo bien caliente metió a todos sus hijitos, cerró
bien, y dando vueltas alrededor del horno iba diciendo:
-¡Guagua
pinta! ¡Guagua pinta!
Hasta
que abrió el horno y ya estaban todas las guaguas pintaditas.
Entonces
la zorra hizo lo que le contó la perdiz, y dando vueltas alrededor
del horno sintió que estaban chirriando los zorritos. Abrió el
horno y se dio con que todos se habían vuelto carbón. Furiosa se
fue en busca de la perdiz para vengarse, pero resulta que la perdiz
de un vuelo llegó a un pajonal en medio de una laguna. La zorra,
para alcanzarla, se puso a beber el agua, hasta que reventó. Bebió
tanta, tanta agua, que al fin se reventó.
Visitación
Quispe de Ramos. Punta Corral. Tumbaya. Jujuy, 1952.
Directora
de escuela. La narradora expresa que este cuento es general en la
comarca. Desciende de familias indígenas.
Cuento
721 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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