Un
bien con un mal se paga
Se
cuenta que una vez un hombre iba por un camino, caminando, y encontró
una bolsa. Y cuando abrió la bolsa salió una víbora. La víbora le
dice:
-Yo
tengo que comerte porque tengo hambre.
El
hombre le decía:
-Cómo
me vas a comer. Yo te salvo la vida y vos me vas a comer.
Y
ella, que no:
-Te
voy a comer.
En
eso acertó a pasar un zorro por áhi cerca. Y dice:
-Vamo
a llamalo a don Juan, él que sabe todo, a ver cómo soluciona este
asunto.
Llamado
el zorro para que sirva de juez, él quiso saber cómo era la cosa.
Dice:
-Yo,
si no veo cómo ha sido no puedo juzgar.
Entonce
le dijo a la víbora que estaba en la bolsa:
-Bueno,
metete entre la bolsa.
Y
al hombre:
-Atale
la boca.
Después
que la víbora se metió entre la bolsa y le ató la boca, le dice el
zorro al hombre:
-Ahora,
agarrá una piedra y matala.
Y
el hombre agarró y la mató.
Agradecido
por la gauchada que le había hecho le dijo que le pidiera cualquier
cosa que él lo iba tratar de hacer. Entonce el zorro le dice:
-Mire,
amigo, yo lo único que le voy a pedir que si alguna vez encuentra
alguno de mis hermanos muertos por ahí lo entierre. No lo deje sin
enterrar.
-Muy
bien.
Se
despidieron. Y tomó el camino, este hombre, y encontró un zorro
muerto. El zorro si había hecho el muerto.
En
seguida fue, lo enterró. Marchó otros cien o doscientos metros,
otro zorro muerto.
-¡Otro
hermano de mi amigo!
Lo
enterró. Y así siguió enterrando cuatro o cinco zorros muertos,
hasta que por último se cansó. Cuando iba caminando por ahí
encontró otro zorro muerto. Dice:
-Éste,
que lo entierre otro que yo 'toy cansado de enterrar zorro.
Y
de esa forma, el hombre demuestra muchas a veces la ingratitú por
una buena ación, un buen servicio.
Rafael
Lorenzo Vaca, 68 años. Federal. Entre Ríos, 1976.
Trabajador
rural. Oyó este cuento y muchos otros, desde niño, en la región.
Cuento
610. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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anonimo (argentina) - 048
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