Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

lunes, 2 de diciembre de 2013

El tigre y el zorro .188

Había una vez un zorro que era muy atusto y le hacía muchas picardías al tigre. El tigre no lo podía agarrar y le encargó a todos los animales del monte que lo agarren. Entonce, de todas partes lo llamaban porque era muy pícaro. Entonce, una vuelta, dijieron, entre todos los animales, que lo iban a mandar a llamar para poder agarrarlo, atraparlo, porque el tigre estaba enfermo. Entonce él vino. Y vio que había un ambiente medio regular, entonce 'tuvo un ratito y se fue.
Como a los dos o tres días lo llamaron y le dijieron que ya había muerto el tigre, que viniera al velorio. Entonce él dijo que sí, que cómo no, que iba a venir, pero que iba a estar hasta las doce de la noche. Y vino.
Bueno... Y entonce todos se quedaron ahí. El zorro dijo que si a esa hora el tigre no se tiraba un pedo, era porque 'taba vivo. Bueno... Todos dijieron que a esa hora, a las doce de la noche iban a atrapar el zorro. Vino el zorro y entonce él se sentó justamente, juntito a la puerta, no más. Y a las doce de la noche el tigre se tiró un pedo, y él dijo:
-¡Ah, no, dijunto que se pé no velo yo!
Entonce salió disparando. Y lo corrieron todos los bichos de atrás. Entonce, cuando iba a pasar un arroyo, en la oscuridá de la noche, el tigre le agarró la mano. Entonce él se tiró una carcajada, y dijo:
-¡Ja, jay! ¡Mi tío Simón!

¡por agarrarme la mano
me agarró el bastón!

Entonce lo largó. Y cuando vieron que otra vez se había reído de él, lo siguieron corriendo. Y ya 'taba en que lo alcanzaban, y no lo alcanzaban, y se metió en una cueva.
No tenían con qué cavar para sacarlo. En eso venía volando un carancho y lo llaman:
-Señor carancho, venga, venga, cuideló acá, que lo tenemos a Juan el Zorro, escondido acá, a ver si lo podemos cachar. Porque no tenemos con qué cavar.
Entonce quedó el carancho cuidandoló.
Entonce cuando el zorro vio que no había nada más que el carancho, salió a la puerta de la cueva y le dice:
-Buenos días, mi amigo carancho, ¿cómo le va? Mi han dicho que usté canta muy lindo. Yo quisiera que usté me cante un poquito.
Entonce el carancho, ¿no?, no quería cantar por nada.
-Pero, no, señor carancho, cante.
Entonce el carancho, cuando va a cantar, hace:
-¡Cra, cra, cra, cra, para atrás! y se echa para atrás.
Entonce, en esa oportunidá, agarró un puñado de tierra y le echó en los ojos. Entonce, claro, cuando él se limpiaba los ojos, el zorro disparó.
Entonce lo corrieron los otros animales que 'taban por ahí. Ya lo alcanzaron y se subió arriba de un árbol. Y le empezaron a cortar al árbol para agarrarlo. Y 'taban cortando al árbol y el zorro no tenía escapatoria. Y entonce dice que empezó a decir:
-Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho cazadores con ocho escopetas y ocho perros vienen allá...
Entonce los otros animales salieron disparando y lo dejaron. Entonce él agarró y se fue, se disparó, ¿no? Otra vez se salvó por sus picardías.

Tránsito Ereñú de Páez, 79 años. Nogoyá. Entre Ríos, 1970. Nativa del lugar. Semiculta.

Cuento 188. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030 

No hay comentarios:

Publicar un comentario