Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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lunes, 9 de diciembre de 2013

El carpincho y la mulita .437

El carpincho y la mulita estaban a la orilla del río. En la otra banda se vía un sembrado de maíz muy lindo. Venía un olor a choclos tan apetitoso que se les hacía agua la boca. Los dos sentían ese olor y se reunieron a cavilar cómo hacían pa bandiar el río. Después de un rato, le dice la mulita al carpincho:
-Vos me podés llevar arriba de tu lomo porque sabés nadar. Yo no sé nadar. Bandiamos el río y hacemos un festín comiendo choclos y después volvemos pa que no nos agarren. Nadie se va a dar cuenta que somos nosotros.
-Bueno. Eso me gusta -le contestó el carpincho.
En el lomo del carpincho se puso con cuidado la mulita y el carpincho la llevó. El carpincho fue nadando y la llevó a la otra orilla. Áhi atacaron el maíz. Una vez que se llenaron empezó a cantar la mulita. Claro, panza llena, corazón contento. El carpincho le dice:
-¡Eh! ¡Qué 'tás haciendo! ¡Nos van a oír y nos van a matar! ¡Callate!
-¡Ah! Yo, cuando tengo la panza llena, tengo el corazón contento y acostumbro a cantar.
Y volvía a cantar la mulita y el carpincho le volvía a pedir que no lo comprometa, que iba a venir el dueño y los iba a golpiar, que los iban a matar por corsarios.
Pero la mulita volvía a cantar y iba mirando ande se iba a esconder cuando vinieran los dueños del maíz.
Bueno... ¡Qué!, con los gritos de la mulita, el chacarero oyó y se vino con un palo y trajo los perros. La mulita se metió en una cueva que tenía áhi cerca y el carpincho empezó a correr di un lado pal otro, entre los perros y el chacarero que le daba palos y palos por el lomo hasta que lo dejaron como muerto. Lu agarró el chacarero di una pata, y lo tiró pa ajuerta del maíz. Claro, se creyó que estaba muerto. Por causa de la mulita el carpincho se llevó los garrotazos y los agarrones de los perros.
Al rato, el carpincho empezó a vivir de nuevo. Apenas si se podía mover.
La mulita 'taba mirando de la cueva y salió despacito y se allegó al carpincho, y le dice:
-¿Qué te ha pasado, amigo?
-Ya ves, por tu culpa casi me han muerto -le contestó el carpincho.
-No, estás equivocado, yo no hice más que cantar, porque yo canto cuando 'toy con el estómago lleno.
Después tuvieron que volver. Y tuvieron que hacer el mismo cruce. Tuvieron que bandiar de nuevo. La mulita otra vez en el lomo del carpincho. El pobre carpincho iba muy dolorido y nadaba muy despacito. Iba con la sangre en el ojo por lo que le había hecho la mulita. Cuando llegaron al medio del río, en lo más hondo, el carpincho se empezó a zambullir. Y la mulita se asustaba mucho. Y entonces le dice:
-¡Eh! ¡Qué hacés! ¿Qué te pasa?
-Yo acostumbro a zambullirme cuando estoy con el estómago lleno.
Y en lo más hondo se hundió y la mulita se ahugó. Y así le pagó la mala jugada al carpincho.

Pedro Sanón, 58 años. San Carlos. Las Colonias. Santa Fe, 1969.

El narrador oyó este cuento cuando era niño en esta región de Santa Fe, donde ha nacido.

Cuento 437. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

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