Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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martes, 5 de junio de 2012

Lafken chumpall [1]

Este epew[2] es viejo, muy viejo" ‑dijo el anciano mapuche, "y me lo contaron en la comunidad Chan Chan”[3].
Cierta vez, un hombre tomó su bote como hacía siempre y se internó en el mar en busca de pescados. Aunque nunca había sido un pescador de entre los mejores, en esta ocasión vio, no sin sorpresa, que su suerte parecía haber cambiado radicalmente: comenzó a llenar su bote de pescados.
La mañana fue pasando, y el hombre seguía sacando pescados y llenando su bote. Los pescadores que navegaban cerca de él se sentían grandemente sorprendidos, puesto que ellos apenas si habían logrado pescar uno o dos peces en toda la mañana. Al mediodía regresaron a la orilla y contaron lo sucedido, mientras el hombre, luego de vaciar su bote repleto, regresaba al mar para no desperdiciar su día de suerte.
Un anciano que oyó la historia dijo que eso sólo podía explicarse de una manera: una sirena del mar se había enamorado de aquel hombre y era quien hacía que los peces fueran a él. Todos oyeron eso y dijeron que sin duda el hombre aquel era muy afortunado por lo que le había sucedido. Pero el anciano frunció el ceno y dijo que no estaba tan seguro de que así fuera:
‑El amor de Chumpall no es bueno para un hombre, no... Nunca...
Mientras tanto, el hombre había decidido internarse más en el mar con su bote, porque su cosecha de pescado iba cada vez mejor. Siguió Y Siguió, hasta que de pronto se metió en un tremendo barranco de rocas.
Cuando pisó sobre una roca, sintió que el pie se le adhería a la piedra. Hizo todo su esfuerzo, pero no lograba sacarlo. Trató de ayudarse con una mano, pero entonces también su mano se pegó a la roca.
‑¿Por qué ‑preguntaba mientras tanto en la playa una muchacha al anciano- ­dices que ese amor de sirena no es bueno?
‑Chumpall no ama como una mujer mortal. Si se enamora de un hombre, lo retendrá junto a sí, lo hará kula‑kulawi[4].
La piedra en el mar creció y creció, tomando al hombre por completo. Y luego la piedra se internó más en el mar.
Desde entonces, se dice que cuando se ve salir humo de esa roca en el mar, es señal de que hará mal tiempo y, por lo tanto, los pescadores no deben aventurarse en el mar. Se dice que el humo es provocado por el espíritu de aquel hombre, que al menos intenta prevenir a su gente del mal tiempo.

Fuente: Néstor Barrón

066. Anónimo (patagon)



[1] En mapudungun, "sirena del mar".
[2] En mapudungun, "cuento".
[3] Se refiere a Punta Chan‑Chan, en la costa chilena, a unos 900 km de Santiago, cerca de un pequeño pueblo llamado Mehuín.
[4] La expresión significa "tomar preso".

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