Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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lunes, 26 de enero de 2015

El cerco de los leones .010

Dos hermanas que estaban embarazadas intercambiaron sus confidencias: «Yo creo que daré a luz a un hijo muy hermoso» , decía la primera. Y la segunda vaticinó: «El mío, además de ser muy hermoso, nacerá con una estrella luminosa en la frente y otra en el pecho».
Cuando llegó el momento de dar a luz, la primera mujer alumbró a un niño realmente hermoso. Entonces acudió a ayudar a su hermana; sin embargo, cuando ésta estaba distraída le golpeó en la cabeza y la dejó inconsciente. La mujer parió en este estado, y el niño recién nacido iluminaba la estancia con sus dos estrellas. Presa de la envidia, la primera de las hermanas cogió al pequeño y lo tiró a un cerco de leones hambrientos. Luego buscó un palo, lo manchó de sangre y lo puso junto a su hermana.
Cuando ésta recobró el conocimiento, le dijo: «Eres una mentirosa: dijiste que darías a luz a un hermoso niño con dos estrellas radiantes, y mira lo que ha salido de tu cuerpo». La mujer quedó horrorizada al ver lo que había parido. Pero, como no estaba muy convencida de que pudiera ser verdad que una mujer dé a luz un palo, sugirió que deberían ir a visitar al curandero.
Este les dijo: «Es un problema muy sencillo: has dado a luz a un niño, y debes ir a buscarlo a un cerco de leones que se encuentra cerca del poblado». La mala hermana estaba muy tranquila, porque creía que los leones se habrían comido al niño y ya no quedaría rastro de él. Pero, a medida que iban acercándose, la luminosidad de las estrellas del niño era más intensa: los leones no se lo habían comido, porque aquellas dos estrellas, una en la frente y otra en el pecho, les atemorizaban.
La buena madre hizo un lazo con una cuerda, y pudo atrapar al pequeño sin más problemas. Al llegar a casa, vio que su hermana se había dado muerte; y desde entonces vivió feliz con su hijo.

Fuente: Jacint Creus/Mª Antonia Brunat


0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 055

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