Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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miércoles, 4 de diciembre de 2013

El zorro y el tigre .102

Diz que era sobrino el zorro del tigre. El zorro li ayudaba a carniar al tigre. El tío era muy mezquino. El zorro le tenía que hacer picardías al tigre pa poder conseguir algunas carnecitas.
Diz que puái han andau buscando presa el tigre y el zorro.
Han llegau a una aguada ande tenían que ir los animales a tomar agua. Han ido a hacer carne. Diz que li ha dicho el tigre al zorro que se suba a unas peñas que había áhi y que ha de aguaitar los animales que vengan y que le ha de decir cómo son. El tigre ha querío elegir presa. Y que él ha quedau abajo, escondíu.
Diz que ha subíu el zorro y ha estau aguaitando. Cuando han llegau unas ovejas ha gritau:
-¡Tío, vienen unas ovejas gordas!
-Dejalas pasar, las ovejas tienen carne con lana -ha dicho el tigre.
Al rato ha vuelto a gritar el zorro:
-¡Tío, vienen unas cabras gordas!
-Dejalas pasar, las cabras tienen carne con pelo -ha dicho el tigre.
Al rato ha vuelto a gritar el zorro:
-¡Tío, vienen unas vacas gordas!
-Dejalas pasar, las vacas tienen carne con astas -ha dicho el tigre.
Al rato ha vuelto a gritar el zorro:
-¡Tío, tío, 'tán llegando unas tamberitas gordas!
-¿'Tán gordas? -ha dicho el tigre.
-¡'Tán harto! -ha dicho el zorro.
Áhi no más el tigre ha ido despacito, ha muerto una. Sin decirle nada al zorro la ha desollau y si ha puesto a comer. Al rato ha bajau el zorro y cuando lu ha visto li ha dicho:
-¿No me convida, tío?
-No, es poco pa mí -ha dicho el tigre.
-Tío, siquiera la tripita, deme.
-No, la tripita es pa bombilla pal mate de tu tía tigra.
-¡Deme la pancita, po, tío!
-No, la pancita es pa mate de tu tía tigra.
-Deme siquiera el pusno.
-No, ese guanito es pa yerba del mate de tu tía tigra.
-Deme, entonce, la vejiga.
-No, la vejiga es pa talega de tu tía tigra.
El tigre ha comíu hasta que no ha podíu más y al zorro lu ha dejau sin darle nada. Entonce se ha echau a dormir y lu ha mandau al zorro que cuide la presa:
-Ve, sobrino, yo voy a dormir -le dice el tigre- y vos ponete de guardia, no sé que anden los cajchis y me recuerden.
Entonce el tigre si ha puesto a dormir. Y el zorro li había robau la vejiga y la había soplau. Y la ha llenau de moscardones. Y muy despacito la había atau con una cuerda en la cola del tigre. Y que le ha dicho al tigre:
-Tío, tío, áhi viene un puestero con muchos perros, recuerdesé.
Y se recuerda el tigre y mueve la cola y ha oyíu la bullanga de los moscardones que 'staban en la vejiga y había salíu huyendo. Paraba un trecho, y escuchaba, y volvía a oyir la bulla y volvía a salir huyendo otra vez. Si había disparau hasta que había cáido de cansau.
Entonces el zorro ha comíu lo que ha queríu, y se ha ido tranquilo.
Güeno, entonce cuando ha cáido, si ha dau cuenta el tigre de lo que li ha hecho el zorro y ha dicho:
-Agora me lo va a pagar el zorro -y lu ha salido a buscar.
El tigre no lo podía encontrar al zorro pa matarlo. Entonce alcanzó a ver una laguna grande. Ahi si ha puesto de guardia el tigre y dice:
-Aquí hái cair un día el zorro, al agua.
Y áhi ha veníu el zorro. Andaba con sé. Y ya venía hasta cerquita y lo vía al tío y no se llegaba de miedo. Y entonce el zorro ha intentau engañar al tío. Ha sacau una lachiguana y si había revolcau bien en la miel y si ha revolcau en l'hojarasca, y en toda clase de yuyo. Había hojas de toda clase en el suelo y así si ha tapau el pelo. Lo que se le pegaban las hojas y los yuyos no se sabía de qué clase de bicho era. Y entonce baja el zorro al agua. Y lo veía el tigre y no sabía qué bicho era ése. No lo conocía y entonce le dice:
-¿Quién sois vos?
-Yo soy Juan Hojarada del Monte -le ha contestau el zorro.
-Juan Hojarada del Monte... No lo conozco -ha dicho el tigre.
Así que si ha upilau di agua y ha salíu tranquilo el zorro.
Y el tigre lo siguió persiguiendo. Lu había encontrau de sospresa una vez, en el camino. Entonce que le dice:
-¡Ay, Juan, conque habías andau por acá! -y lo había sacau hurgando.
Y lo había corría el tigre y lo llevaba ya te pillo y no te pillo. Y por áhi se ha metíu el zorro en una cueva. Y áhi ha veníu el tigre y lu ha agarrau de la cola.
-¡Bah! -que dice el zorro, mi tío ha agarrau una raíz por agarrarme de la cola.
Y el tigre ha creido lo que le decía el zorro y lo ha largau. Y áhi ha 'stau mucho tiempo. Y di áhi que dice:
-¿Cómo voy a hacer? Voy a buscar un centinela.
Y había 'stau una lechuza áhi y un carancho y que los llama y les dice:
-Chey, me van hacer la guardia a Juan, que si ha metíu áhi. No lo van a dejar salir, si no yo los guá comer a los dos -y él si ha ido a comer algo por áhi.
Y entonce áhi 'taban en la puerta 'i la cueva, di un lau el carancho y del otro lau la lechuza.
Y es que ha salíu el zorro a la puerta y es que les ha dicho:
-¿Qué hacen ustedes aquí?
-No vas a salir, Juan -que le dice el carancho.
-Chey, Cheverría, ¿pórque no cantáis? -que le dice al carancho. Cantá, chey, vos que cantáis tan lindo. Chey, si cantáis te guá dar un pedazo 'i charqui.
-Güeno -que le dice el carancho-, voy a cantar.
Entonces qui ha cantau el carancho:
-¡Quintín! ¡Quintín Castro!
Y áhi li ha zampau el zorro un puñau de tierra, y li ha tapau los ojos y la boca, y ha salíu huyendo. Y si ha perdíu en el monte.
Y como han podíu si han ido la lechuza y el carancho de miedo del tigre.
Y ha veníu el tigre y al ver lo que ha pasau, ha dicho:
-Ya si han dejau joder con el zorro, éstos, y si han ido.
Y andando por áhi lu encuentra el zorro al tigre durmiendo debajo di una sombra, y le dice:
-¡Si aquí ha 'stau mi tío tigre!
Y el tigre que si ha hecho el muerto.
-¡Pobre mi tío, ha 'stau muerto! Si se solfia, es cierto que 'stá muerto, si no se solfia 'stá vivo.
Y dice que el tigre si ha solfiau y que ha dicho el zorro:
-¡Ah, tigre que se solfia 'stá vivo! -y ha salíu huyendo.
Y así el tigre no lu ha podido matar al zorro.

Bernardino Zoto, 52 años. Las Víboras. Anta. Salta, 1952.

El narrador es hachero del Obraje Las Hacheras, próximo a Las Víboras, caserío disperso en la selva subtropical del este de Salta. Tiene grandes condiciones para la narración.
Obraje, «paraje donde se explota un bosque».

Cuento 102. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

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