Estaba el león con otros animales, y andaba
presumiendo de lo fuerte y lo valiente que era. Ya había contado muchas hazañas
suyas, y dice:
-Pues sí, yo soy el bicho más fuerte del mundo.
Conmigo no hay quien pueda.
Entonces dice la zorra:
-No digas eso, que hay uno mucho más fuerte que
tú.
-¿Ah, sí? ¿Y quién es ese? -preguntó el león.
-El hombre -contestó la zorra.
-¿El hombre? ¿Y quién es el hombre?
Otros animales que también habían visto al hombre
empezaron a explicarle cómo era, y entonces el león dijo:
-¿Y dónde está, que me quiero batir con él?
Yo no te lo
aconsejo dijo la zorra. A mí, que ando siempre rehuyéndole, buenas palizas me
ha dado. No quiero decirte lo que sería enfrentarse con él.
-Eso tú, que no eres valiente como yo -dijo el león.
-Está bien -dijo la zorra. Luego no dirás que no te lo
advertí. Pero, si quieres encontrarte con él, no tienes más que salir a la
vereda. Más tarde o más temprano te darás con él.
Bueno, pues se fue el león a la vereda y se sentó a
esperar. No llevaba mucho rato cuando vio venir a un viejo. Le pareció al león,
por las señas que le habían dado, que aquello sería el hombre, y se le acercó.
El pobre viejo se murió de miedo y empezó a temblar de pies a cabeza. Dice entonces
el león:
-¿Eres tú el hombre?
Y el viejo le contestó:
-Lo he sido. Pero ya no lo soy.
El león entonces se dio la media vuelta y volvió a
donde estaban los animales. Le dice a la zorra:
-Me he tropezado con uno, que me parece a mí que era
el bicho-hombre, pero que lo ha negado por el miedo que le entró nada mas
verme.
-¿Y qué te dijo? -preguntó la zorra.
-Que lo había sido, pero que ya no lo era.
-Seguro que era un viejo -dijo la zorra. Tú vuélvete a
la vereda, que ya pasará un hombre de verdad.
El león volvió a la vereda, y al rato vio venir a un
niño. Le pareció demasiado pequeño, pero se le acercó y le preguntó:
-¿Eres tú el hombre?
El niño, que también estaba muerto de miedo, contestó:
-No, pero lo seré.
Volvió el león a la consulta de los animales y contó
lo que le había pasado. Y dijo la zorra:
-Claro, eso es un niño. Tampoco te sirve, tiene que
ser un hombre hecho y derecho. Anda, ten paciencia, y vete a la vereda, que ya
pasará un hombre.
Conque volvió el león otra vez a la vereda, y en seguida
vio venir a un cazador. Se fue para él y le pregunta:
-¿Eres tú el bicho-hombre?
Y contestó el cazador:
-Yo soy. ¿Qué pasa?
-Pues pasa que me tengo que pelear contigo, porque
dicen que eres más fuerte que yo. Y eso no puedo consentirlo.
El hombre no dijo nada más, sino que cargó su escopeta
y le pegó un tiro al león, que le pasó rozando por el lomo. El león se asustó
tanto, que salió corriendo, y cuando llegó a la consulta de animales, dice:
-Pues era verdad que el hombre es más fuerte que yo.
Ahora mismo lo he encontrao, y de un
pedo que me ha tirao hasta el lomo me ha raspao.
0.003.1 anonimo (españa) - 075
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