El
valiente caballero Sir Arthur dejó un día su fabuloso castillo y
partió a caballo en busca de aventuras. Este primer día trascurrió
apaciblemente, sin que se le presentara ninguna.
Desanimado,
el bravo caballero decidió regresar al castillo. Pero, en ese mismo
momento, oyó que una joven pedía socorro.
La
voz provenía de una ventana abierta. El esforzado caballero subió a
su caballo, desenvainó su flamante espada y corrió al galope hacia
la ventana.
Miró
por ella y pudo ver, descorazonado, a una encantadora joven subida a
una silla, con la falda remangada. Un simple ratón era la causa de
tal grito de terror. Sir Arthur echó de allí al animalito y la
joven se mostró más agradecida que si la hubiera librado de las
fauces de un dragón.
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anonimo cuento - 064
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