Un
día, un granjero echó de la granja a su viejo caballo.
-Ya
no vales para nada -dijo al pobre animal. ¡Si no me demuestras que
aún te quedan fuerzas, trayendo un león a rastras, será mejor que
no vuelvas por aquí!
El
caballo se dirigió al bosque para resguardarse de la lluvia y el
sol. Se encontró allí con un zorro y le contó lo mal que lo había
tratado el granjero. Después, le preguntó cómo podría llevar
hasta allí un león.
-Yo
te ayudaré -le prometió el zorro. Túmbate aquí en la hierba y
hazte el muerto.
El
zorro se marchó.
-Voy
a echar un sueñecito hasta que vuelva el zorro -pensó el caballo.
Cerró
los ojos y se quedó profundamente dormido.
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anonimo cuento - 064
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