Ton¡
iba todos los días a nadar al lago. Hacía mucho que sabía nadar
pero, al ver a los patos bucear, le dio tanta envidia que decidió
hacer él lo mismo. Se lo dijo a sus padres y tanto dio la lata que
por fin le compraron unas gafas de bucear y un par de aletas.
Se
divertía de lo lindo. Buceaba todo el día y esperaba encontrarse,
en cualquier momento, con el enanito verde en su reino de las
profundidades. Su abuelo le había encargado que, si lo veía, le
dijera que ya no había ningún oso en el molino.
Pero,
o Toni no veía bien bajo el agua, o el enano verde ya no vivía
allí... Lo cierto es que todavía no ha vuelto al molino.
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anonimo cuento - 064
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