Hubo
una vez, en el Valle del Sol Naciente, un hambre terrible. Un día,
una niña que vivía en aquel lugar, escribió una carta y se la
envió a un príncipe que vivía en una región lejana, por la que
discurría el mismo río que atravesaba el Valle del Sol Naciente. Le
contaba en ella todas sus penas. Después, pintó uno de los peces
del río de un color rojo muy vivo y le ató la carta a la cola.
Un
pescador atrapó al pez y se lo envió al príncipe. El príncipe se
alegró tanto al recibir aquel pez de un rojo tan llamativo que envió
un cargamento de arroz a la pequeña.
La
niña, para demostrarle su agradecimiento, le envió otro pez pintado
de rojo. El príncipe lo puso en un acuario con el primero y tuvieron
un bebé pez también de color rojo. Y así fue como aparecieron los
primeros peces rojos.
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anonimo cuento - 064
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