Aquella
misma noche, el sastre llegó a un espeso bosque. Una carroza negra
conducida por caballos negros se detuvo donde él estaba y de ella
bajó una princesa vestida también de negro.
-Satán,
aquí me tienes -dijo ella. Llévame con mis dos hermanas.
El
sastre no tuvo tiempo de explicar que no era el diablo, pues en aquel
momento apareció el auténtico demonio.
El
sastre dijo a Satán que no lograría llevarse a la princesa y empezó
a golpearle con su látigo de corteza de tilo. Después, añadió:
-Si
quieres que deje de golpearte, trae aquí inmediatamente a las dos
hermanas de la princesa.
El
diablo salió corriendo a todo correr y, mientras, la princesa
explicó al sastre que el diablo había capturado a sus dos hermanas
y que las echaba tanto de menos, que su padre se había resignado a
que se fuera también con ellas.
Cuando
volvieron las hermanas, el sastre acompañó a las tres hasta el
palacio de su padre, quien le ofreció una recompensa y organizó un
banquete en su honor.
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anonimo cuento - 064
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