Ricardo
Valiente era, a todas luces, el personaje más popular del país.
Robaba a los ricos para repartir entre los pobres.
Y
sucedió que un día fue hecho prisionero y encarcelado. Lo pusieron
bajo el cuidado del capitán Vigilante. Permanecía horas y horas
sentado ante la celda de Valiente, sin tomarse un solo minuto de
descanso.
Hay
que aclarar que Valiente era uno de los hombres más cultos del país.
Incluso había aprendido a hipnotizar a las personas. Se puso a
balancear la cadena de su reloj de un lado para otro ante los ojos
del capitán, hasta que no pudo mantenerlos abiertos. Ricardo dijo
entonces al capitán:
-Te
sientes cansado, muy cansado.
Y
el capitán empezó a dar muestras de cansancio. Al momento, Ricardo
le ordenó que descorriera el cerrojo de la puerta y le dejara
escapar. El pobre soldado estaba tan hipnotizado que obedeció todas
sus órdenes.
Cuando
despertó, Valiente se encontraba ya muy lejos de allí, escondido en
lugar seguro. El infortunado capitán no supo cómo explicar lo
ocurrido.
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anonimo cuento - 064
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