La
reina de las hadas dijo un día al hada Campánula que necesitaba un
diente para un sortilegio.
El
hada se sentía muy excitada por esta misión pero, por más que voló
a través de todo el país, no encontró un diente en ninguna parte.
Ya estaba a punto de rendirse cuando su mirada se detuvo en la
ventana de una niña. La pequeña se restregaba la cara como si le
doliera. De repente, estornudó y un diente cayó de su boca. El hada
Campánula esperó a que la niña se quedara dormida, voló hasta su
cama y cogió con cuidado el diente. Como no quería dar la impresión
de que acababa de robar algo valioso, dejó en su lugar una moneda de
plata.
Algunos
niños todavía tienen la suerte de recibir la visita del hada
Campánula cuando pierden un diente de leche.
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anonimo cuento - 064
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