Todos
los niños esperaban con impaciencia que el payaso empezara su
número. Por fin, se levantó el telón y salió a la pista. Con él
salió un perrito.
-Dime,
perrito -le preguntó. ¿Qué diferencia hay entre un elefante y un
buzón?
-No
sé -ladró el perrito.
-No
importa, ¡por el momento no voy a mandarte a echar una carta!
Al
perro no pareció hacerle gracia este chiste, ni tampoco los que
contó después, así que se puso a ladrar.
Entonces,
los niños empezaron a gritar al perro que se fuera.
-Os
arrepentiréis -ladró una vez más el perro mientras se iba de allí.
Unos minutos más tare, el telón se bajó de repente. ¿Sabéis
quién había tirado del cordón? Claro que sí, era el perro.
-No
imaginaba que supieras hacer cosas tan difíciles -se admiró el
payaso.
-Pues
bien, ahora ya lo sabes -gruñó el perro. A los perros viejos no nos
cuesta aprender nuevos trucos.
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anonimo cuento - 064
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