Diz
que el zorro había hecho una apuesta con el cóndor, al que moría
primero se lo comía el otro. Taban en los cerros, en la Cordillera,
en un escarcho grande. La apuesta ésta era de que cuál era más
sufrido para el frío. Y bueno, éstos se han acostau los dos sobre
el escarcho, el cóndor y el zorro. Y bueno, éstos 'taban tirados
por áhi. Ya perecían de frío.
Se
levantaban, se acostaban pa un lau y se acostaban pal otro. Que el
cóndor se acostaba sobre el ala, estendiendo las plumas. Y bueno,
pasaban como dos horas, y gritaban los dos. Como diez veces se
gritaban así, porque ya no podían hablar. El hecho era no salir del
escarcho.
-El
otro, claro, más resistente pal frío, seguía contestando más
fuerte. Y ya se le acabó el valor al zorro, hasta que terminó y se
murió. Y el cóndor tuvo que almorzarlo al zorro.
Clemente
Eraso, 46 años.
San
Antonio del Cajón. Santa Marta. Catamarca, 1957.
Cuento
834 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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